Las personas con planes de viajar, experimentar y conocer interesantes aspectos de otras culturas usualmente consideran el enoturismo como una de las mejores opciones disponibles. Este tipo de turismo, que se enfoca en dar a conocer el vino y las actividades relacionadas con él, ha ganado adeptos por la riqueza cultural que le envuelve. El enoturismo alcanza su máximo potencial cuando se visitan diferentes zonas de determinada región.
Uno de los lugares que más promueve el enoturismo a nivel mundial, es Madrid. Esta ciudad es rica en producción y comercio de vinos, lo que la hace un destino muy atractivo para los amantes de esta bebida. Entre las actividades destacadas del enoturismo se encuentran las catas de vino, y las visitas a casas productoras. Justamente, Madrid cuenta con diversos lugares donde se pueden realizar ambas.
Madrid cuenta con diferentes bodegas, las cuales se pueden visitar para conocer un poco más del proceso de producción, almacenaje y consumo del vino. Entre ellas, se encuentran Viñas el Regajal, Bodegas Castejón y la Bodega Ecológica Andrés Morate. Hay muchas más, y todas ellas aceptan visitantes interesados en el tema.
Siempre hay que tomar en cuenta que no todas las bodegas se encuentran cerca de otras. Para poder conocer varias de ellas y trasladarse de forma cómoda, se puede usar un alquiler de coches. No hay que olvidar que por lo general se requiere reservar un lugar antes de visitar las bodegas. Los recorridos, demostraciones y catas tienen en muchas ocasiones plazas limitadas, así que llamar con anticipación nunca está de más.
El turismo enológico, obviamente no solo es conformado por catas y visitas informativas a bodegas de vino. Algunas otras actividades posibles son la cosecha de uvas o incluso presenciar y realizar el mosto e incluso el almacenaje del jugo de uva. Estas son actividades más exclusivas pero sin duda al alcance de todos.
